miércoles, 14 de junio de 2017

VIOLENCIA MACHISTA: PODEMOS HACER MÁS

https://www.emaze.com/@AQROOLWO/El-Maltrato-Infantil
Ya van 28 mujeres asesinadas en nuestro país y siete menores, a manos de sus padres, arrebatadas sus vidas para hacer daño a sus madres o interponerse en el camino de la agresión Son situaciones difíciles, dado que se desarrolla en el ámbito de lo privado pero, ¿no podemos hacer más?
No me refiero a leyes, normas, etc., sino al poder que tenemos los ciudadanos de a pie, familiares, vecinos, profesores etc. Seguro que si analizamos nuestra postura con empatía y compromiso ante los casos que conocemos podríamos ver que siempre se puede hacer algo más. Con cada muerte fallamos todos, con el sufrimiento de los maltratados fallamos todos
Por mi parte quiero traer al presente un caso que en el desempeño de mi profesión aún me viene a la memoria con cada caso de maltrato con desenlace fatal o no
Conocí en un centro educativo a una madre con tres hijos que un día debió salir de su casa para salvaguardar la integridad física, psicológica y moral de ella y sus hijos
Se tuvo que ir a una casa de acogida, con todo lo que conlleva de desarraigo, buscar un trabajo y comenzar desde cero. Lo consiguió. Encontró un trabajo, aumentó su seguridad y autoestima que se le notaba en su forma de andar y mirar, incluso encontró el amor, un compañero que la respetaba, cuidaba y quería a ella y a sus hijos
Pero un juez determinó que el padre tenía derecho a ver a sus hijos. Aprovechó este "señor" los encuentros para manipularlos, aprovechando la melancolía que el abandono de la casa y con ello de sus juguetes, amigos y colegio "por culpa de su madre" les producía a los pequeños.
Este manipulador discurso hizo mella en los hijos, los cuales ante cualquier contratiempo no dudaban en atacar a la madre pues por su “culpa” habían tenido que abandonar su entorno. Es muy corriente que las madres tapen a los hijos el horror en el que viven.
Un día me la encontré en la secretaría del centro, seria, con la mirada un poco perdida. Pregunté y me dijeron que pedía  la documentación de sus hijos Volvía con su maltratador. No podía seguir escuchando el reproche de sus hijos y volvía a sacrificarse  y a olvidarse de ella en pro de su prole. No le dije nada, me abrumó su actitud un tanto distante. Ahora creo que era la representación de la soledad. Ahora creo que pude hacer más. Tal vez abrazarla y pedirle perdón por haberla dejado tan sola. Brindarme a hablar con sus hijos para que comprendieran el gran sacrificio de su madre, por supuesto también de ellos (nunca entenderé que sea la mujer y los hijos los que deban abandonar su entorno mientras el maltratador queda tan pancho en la casa familiar) por culpa de un mal nacido  que no duda en usar la manipulación para mantener su poder, aún usando el terror sobre los que deberían ser amados y respetados por él.
Con cada caso de violencia machista revivo este caso y me digo: ¡PUDE HACER MÁS!
Que cada cual haga su propio examen de conciencia.