Según la normativa, la permanencia en educación infantil se puede realizar una sola vez y tiene siempre un carácter extraordinario, lo que significa que es la administración educativa la que debe tomar la decisión una vez estudiados los informes técnicos.
Desde que educación asumió las competencias en el primer ciclo de educación infantil, algunos padres con hijos con trastorno del desarrollo se plantean que sus hijos consuman la permanencia extraordinaria en el primer ciclo, es decir en la escuela infantil.
Al margen de las lagunas en la legislación al respecto, intentaremos fomentar un análisis de la idoneidad de la medida.
Aspectos a favor de la permanencia en la escuela infantil:
Los padres se quedan más tranquilos con que sus hijos sigan siendo atendidos en la escuela infantil porque hay menos niños, la atención es más parental, la situación de relación social entre iguales es más normalizada, ya que se parte de situaciones más lúdicas y relacionadas con la vida ordinaria. Si además el niño es prematuro, si se escolarizara por su edad corregida, posiblemente, le correspondería hacerlo un año después.
Aspectos en contra:
En la escuela infantil no contarán con profesionales especialistas en desarrollo cognitivo, o de lenguaje para contribuir a su desarrollo personal y curricular. No podrán acceder a los recursos técnicos en caso de que los necesitaran.
¿Qué decidir?
La cuestión no es fácil como todo lo que se refiere al bienestar de nuestros hijos. No obstante si vemos la situación desde una perspectiva más objetiva, podemos decidir con más luz.
En primer lugar podríamos valorar la necesidad de los recursos especializados. Si nuestros hijos precisan especialistas porque tienen una gran dificultad en la comunicación, en la atención o la conducta, sería conveniente que fueran atendidos cuanto antes todo el tiempo que sea necesario.
Si precisan recursos técnicos como asientos adaptados, emisoras F.M., etc. también sería interesante pensar en su paso al segundo ciclo de infantil.
Tampoco olvidar que a los tres años existe un cambio cualitativo que junto a una situación estimulante provocada por otros compañeros y por la propia situación de aprendizaje puede provocar un avance importante.
En tal caso, sólo en los retrasos evolutivos moderados que empiezan a evolucionar favorablemente podría ser apropiada la permanencia extraordinaria en el primer ciclo, siempre que su evolución nos haga predecir una situación escolar más normalizada en el segundo ciclo.
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