
En una sociedad llena de fármacos, con poco tiempo para comprar y cocinar, y con una falta de formación importante en el tema alimentario, es el momento de hacer sonar todas las alarmas para reconsiderar la alimentación de nuestros niños. Nos jugamos su salud.
La falta de tiempo o de paciencia hace que claudiquemos ante los deseos de nuestros hijos de alimentos inapropiados. Demasiados azúcares, grasas saturadas, aditivos, saborizantes, estabilizantes, conservantes, son introducidos en la dieta de nuestros hijos con total regularidad y una aceptación pasmosa.
Cuando se habla de esto hay quien utiliza la técnica del avestruz, y con su cabeza debajo del ala aduce que si pensamos así no comeríamos de nada. Lo siento, pero hay que pensar. Una actitud irresponsable conlleva daños irreparables.
La agencia estatal española de seguridad alimentaria y nutrición (AESAN) tiene publicada una guía donde se expone tanto los alimentos necesarios en una dieta equilibrada, como su frecuencia de consumo y la forma de cocinarlos.
En las escuelas infantiles andaluzas públicas la administración ha recomendado que se tomen alimentos ecológicos. Muchas directoras lo estan poniendo en práctica, a pesar del bajo presupuesto con el que cuentan. Una me decía que no podía demostrarlo científicamente, pero que podía asegurar que los niños caían menos enfermos desde que se consumían alimentos ecológicos. Por supuesto que los pesticidas, los estimulantes químicos de crecimiento, o las modificaciones genéticas para hacer a las plantas más resistentes a las enfermedades, necesariamente deben de acarrear un peaje. Tampoco se ha demostrado fehacientemente la responsabilidad del uso de químicos en el aumento actual de la alergia infantil pero habría que investigarlo.
Otra cuestión, ¡cuidado con las "modas" alimentarias!. Los productos introducidos en la dieta a través del marketing pueden ser no sólo poco seguros, sino incluso perjudiciales para la salud. Así es el caso de los yogures con probióticos que alteran la flora intestinal. Son responsables, según la investigación del Dr. Raoult Didier de la epidemia de obesidad entre nuestros niños.
Otra cuestión, ¡cuidado con las "modas" alimentarias!. Los productos introducidos en la dieta a través del marketing pueden ser no sólo poco seguros, sino incluso perjudiciales para la salud. Así es el caso de los yogures con probióticos que alteran la flora intestinal. Son responsables, según la investigación del Dr. Raoult Didier de la epidemia de obesidad entre nuestros niños.
Buenos alimentos es lo que necesitamos todos. No debemos relajarnos ante esta invasión química. Nuestros hijos se lo merecen.
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