lunes, 24 de junio de 2013

La formación de las tutoras en educación infantil 2ª parte

Si me preguntaran cuál sería mi tutora ideal para un hijo  mío en edad de educación infantil yo diría que  además de tener una sólida formación técnica en metodología y didáctica, debería sacar sobresaliente en los siguientes aspectos:
    .- Una actitud corporal que muestre acogida y que haga sentir al niño que es aceptado por su cuidadora.
 .- Capacidad de escucha o lo que podíamos denominar sensibilidad para detectar y actuar adecuadamente para satisfacer las necesidades del niño en toda su amplitud.
 .-  Afrontar los problemas con Sensibilidad, Seguridad y  Serenidad. (la regla de las 3 “S”)
Adquirir solvencia en formación técnica es relativamente fácil. Es algo que se aprende en la carrera, en manuales o libros especializados, incluso las editoriales se encargan de hacer el trabajo didáctico más fácil en la escuela. Pero es mucho más difícil cuando tratamos de desarrollar los otros tres aspectos nombrados más arriba.
La actitud corporal precisa formacion en la comprensión del lenguaje corporal y posteriormente mantenernos alerta acerca de los mensajes que expresamos con nuestro cuerpo. Un adulto que mira al niño desde su altura de persona mayor, que habla con los brazos cruzados está dando un mensaje de no disponibilidad.
La capacidad de escucha pasa por permanecer atentos a las situaciones que se producen en el aula, en saber analizar mradas, tono muscular, gestos. También pasa por conocer nuestras propias reacciones ante los estímulos externos, qué nos desagrada, qué nos atrae y si somos justos con los pequeños cuando reaccionamos de forma inconsciente ante esos estímulos.
Por último, afrontar los problemas adecuadamente supone estar lo suficientemente seguros de nosostros mismos como para reconocer nuestros errores en caso necesario, tener la serenidad de comprender qué hay detrás de una actitud negativa de un alumno o de una familia y abordarlo con calma,  y con la sensibilidad de saber ponerte verdaderamente en la piel del otro, sin proyectar en él nuestros propios puntos de vista.
Conseguir un sobresaliente en estas cualidades es posible, todo se aprende con tesón y ganas. La autoformación y la comunidad de aprendizaje que es la escuela puede conseguirlo.
 

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