lunes, 28 de enero de 2013

El cerebro de las buenas madres

 
 
 
 
 
 
 
En la revista de neurología del 16 de enero aparece un artículo interesante: el cerebro materno y sus implicaciones en el desarrollo humano.
Se ha demostrado por neuroimagen que entre la cuarta semana de embarazo y el cuarto mes de postparto se modifica el cerebro materno con el fin de potenciar la conducta de cuidado hacia el bebé.Existe un aumento de la sustancia gris en las áreas subcorticales que correlaciona con la percepción positiva que las mamás tienen de sus bebés. Hará que para ellas no sólo sea un bebé único sino el mejor. La naturaleza facilita así la vida del neonato, pues esa percepción positiva la hará una madre más responsiva a las demandas del bebé y eso garantizará su supervivencia e incluso potenciará su salud psíquica.
Un bebé cuidado es un niño tranquilo. La respuesta inadecuada a las necesidades del bebé aumentan su nivel de estrés, lo cual conlleva cambios estructurales en el cerebro y en la conducta que se perpetuará hasta la vida adulta. Es más, tendrá un efecto transgeneracional. Las madres que han declarado haber tenido de pequeñas cuidados maternos adecuados, tras el nacimiento de su bebé su cerebro adopta cambios que las hacen más eficaces para percibir, comprender y dar respuesta a las necesidades de su hijo.
Al margen de la respuesta puramente hormonal todos conocemos a personas capaces de empatizar con niños aunque ni siquiera sean  suyos. Esto es lo que debemos buscar cuando necesitemos un cuidador sustituto para nuestros hijos.

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