jueves, 26 de noviembre de 2015

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Hace diez días hice una entrada en este blog hablando de lo importante que es que los padres demuestren inteligencia emocional para poder educar a sus hijos adecuadamente.
No me quiero sustraerme a traer un ejemplo real sobre el tema.
El otro día un niño de unos cinco años le decía a otro un poco mayor que él -“si juegas conmigo te doy un regalito”-, a lo que el otro accedió gustoso. En esto que la mamá del receptor del regalo se levantó muy indignada y le dijo a la mamá del regalador que su hijo era un manipulador y que por lo tanto se veía obligada a cortar toda relación con ella y su hijo.
Si esto fuera un caso aislado no sería alarmante, siempre ha habido y habrá gente un tanto alterada, pero lo complicado es que cada día hay más. Lógico, por otra parte, si pensamos que tenemos mucha información de todo tipo que no siempre estamos en condiciones de digerir. Por eso cuando surge una noticia de malos tratos, abusos, etc., las quejas, suspicacias, o denuncias se multiplican. 
También he asistido a una situación en la que una madre le decía a otra que su hijo era un maltratador porque había respondido físicamente a una broma muy pesada que le habían gastado sus compañeros de juegos.
No me molestaría si esto implicara a los adultos, allá cada cual con su nivel de inteligencia emocinal, pero el problema es que recae directamente en los niños cuando aquellos están implicados directa o indirectamente en la crianza de los pequeños.

Por favor, cordura. Parémonos a reflexionar y no disparemos palabras simplemente porque se oyen mucho últimamente, ya que se puede hacer mucho daño, y no solo a los otros sino a nuestros propios niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario