
Las necesidades educativas especiales (n.e.e.) son todas aquellas que impiden que un alumno consiga alcanzar los objetivos del curriculum por un motivo físico, psíquico, sensorial o conductual.
La Junta de Andalucía ha publicado unas instrucciones para este curso con motivo de aclarar aspectos relacionados con este tema y, por fin, lo trata incluyendo a los más pequeños del sistema educativo: los alumnos del primer ciclo de infantil ( 0-3 a.ñps)
Si digo que dudo de la existencia de este alumnado para la administración es por el tratamiento que le da.
Según la administración los casos de n.e.e. en esta población pueden ser detectados por salud al ser diagnosticados por el profesional sanitario de "trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlo". Sin embargo el concepto de necesidades educativas no tiene que ver con el de trastorno, son dos conceptos diferentes. El primero nos habla de dificultades para desarrollar el curriculum y el segundo de una alteración fisiológica.
También pueden ser detectados por los profesionales de educación. En este caso cuando las dificultades para aprender o mantener la conducta propia de la edad se detectan en la escuela, serán las profesionales de las escuelas las encargadas de desarrollar estrategias encaminadas a paliar este problema, aconsejadas y dirigidas por la especialista en atención temprana del EOE Especializado.
Y ahora me gustaría saber qué puede hacer el profesorado de la escuela infantil (un adulto por cada 8 bebés, 1 por cada 13 alumnos de un años o 1 por cada 20 niños de dos años) y el especialista del EOE (uno por provincia) para paliar el problema. En este nivel no existen maestros especialistas que realicen tratamientos especializados en audición y lenguaje o en terapias pedagógicas como en el segundo ciclo de infantil o en E Primaria o la ESO, es más, ni siquiera pueden ser evaluados de alumnado con n.e.e. mediante un dictamen, y eso ocurre porque en tal caso tendrían pleno derecho a ser tratados por un maestro o maestra especialista.
Significa que el tratamiento se entrega a los profesionales de salud, con una perspectiva clínica en lugar de curricular, cuya coordinación con la escuela es difícil en tiempo y espacio e incluso en perspectiva del problema.
No digo esto en detrimento de los profesionales de los centros de Atención Temprana porque su trabajo es necesario y complementario al de los de educación, sino porque los más pequeños tienen los mismos derechos educativos que los del 2º ciclo de E. Infantil, o los de Primaria o Secundaria.
Es descorazonador tener que seguir reivindicando los derechos escolares de los más pequeños después de que desde 2006 se reconoce al primer ciclo dentro del sistema educativo.
En una edad en la que es crucial un tratamiento preventivo la administración no puede hacer dejación de la responsabilidad que adquirió con este alumnado por decreto.
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