
El juego es
algo muy serio para los niños, mediante él se desarrollan las habilidades que
le adecúan a la sociedad que les ha tocado vivir.
El juego no siempre tiene que
desarrollarse mediante juguetes, como así lo demuestran juegos como el escondite, pilla-pilla y
toda la gama de sensaciones sensoriomotrices, volteretas, saltar, correr, etc.,
que tan buenos son para el desarrollo de nuestros niños. No obstante nuestra
sociedad de consumo parece que invita a comprar más y más juguetes.
Precisamente
navidad es una época en la que se acentúa la atención en los juguetes para los
niños. Comienza el peregrinar por tiendas y a veces desesperarse por no encontrar lo que se busca, o porque el
dinero no da para lo que quiere el niño.A la hora de enfrentarnos a las compras nos vendría bien tener en cuenta las siguientes reglas:
.- Los niños
son presas fáciles de la publicidad de las multinacionales. Elegirán teniendo en cuenta el juguete que más veces lo hayan visto en
televisión, y les prometa unas vivencias mágicas que rara vez, por no decir
ninguna, cumplen.
.- Los
juguetes han de ser versátiles, es decir que puedan ser usados de múltiples
maneras y que se adapten a diferentes niveles de juego: sensoriomotor, simbólico,
social, etc.
.- Han de
ser seguros y atractivos, es decir han de estar hechos con materiales no
tóxicos ni que puedan causar cualquier otro daño. Además han de poseer colores
atrayentes.
.- No por
ser caros son mejores. Muchas veces lo caro está relacionado con el mundo del
marketing. Responde a la publicidad y al anhelo de adquisición que la
multinacional haya sido capaz de crear en los niños.
.- Huir de
la moda del momento. Dejarse llevar por cualquier juguete por llevar la
carátula del dibujo animado de moda no es garantía de que el juguete cumpla las
necesidades del niño, y siempre encarece el producto.
.- No
siempre lo que nos venden como juegos didácticos son los mejores recursos . Hay que
tener en cuenta que muchos de estos llamados juguetes están extraídos o
sustentados en pruebas psicológicas, que tratan, no tanto de hacer a nuestros
niños más inteligentes, sino más hábiles en la resolución de pruebas
psicotécnicas.
Para resumir: Los adultos pueden y deben buscar juguetes atractivos, lúdicos y que puedan ser usados de diferentes maneras según vayan cambiando los intereses del niño. ¿Difícil? Puede, pero no imposible. Recuerden que el amor puesto en una búsqueda inteligente da siempre sus frutos. Y por favor olvidense de llevar a los niños a los grandes almacenes donde puede haber miles de juguetes para que elijan unos pocos, es tarea imposible para ellos, y yo diría que también lo sería para cualquier adulto; además, hace perder la magia de la sorpresa.